julio 01, 2011

IDA Y VUELTA/ JUAN CARLOS ONETTI

Ida y vuelta

Juan Carlos Onetti


Se encontró sólo en la sala de espera y se puso a mirar el diario que había llevado para el brazo. Las manos le temblaban levemente. Sacó un cigarrillo y antes de encenderlo se acarició el ralo bigote cuyo crecimiento había vigilado durante semanas. Nunca había soportado el humo del tabaco y tosió con lágrimas; pero tenía que seguir fumando como un hombre hasta que llegara el momento de levantarse. No podía recordar, para imitarla, cómo era la expresión de un hombre cínico, un hombre maduro y ya de vuelta.

Tenía tres puertas por delante y fue paseando la mirada de otra mientras sentía golpear su corazón. La puerta del medio se abrió justamente cuando la estaba vigilando y apareció una mujer rubia, grande, cómoda, plácida y gorda; de los hombros le colgaba una bata desprendida y le sonrió desde la distancia, amistosa y alegre como si pudiera haberlo reconocido.

- Pasá, negrito- dijo, y él tenía el pelo castaño.

Se levantó del banco y avanzó sin mostrar su rechazo, sin poder contestar a la sonrisa alta e inmóvil. La habitación tenía una cama grande, cubierta por una sábana mal estirada, una cómoda con una gran jarra verde, hojas en relieve, sobre una palangana rajada. Había un perfume perdido en el olor inolvidable de la cocinilla a querosén.

La mujer sonriendo ya sin la bata desde la cama, empezó a parecerle enorme a medida que se iba quitando la ropa. Se arrimó al calor del fuego inquieto para terminar de desnudarse. Después la gorda se hizo cargo de él con experta paciencia, bondadosa y maternal.

Hasta que pudo, triunfal, iniciar su viaje de ida y vuelta en el túnel invisible, húmedo y sombrío, ida y vuelta hasta lograr verle la cara a dios por primera vez en su vida.

Ya en la calle pensó que lo que había comprado no podía sustituir a la palabra amor ni a sus sueños ni a sus intuiciones. Pero él no podía estar equivocado, estaba escrito que algún día no lejano su cuerpo y su alma iban a fundirse en la verdad dichosa y presentida.


***

Juan Carlos Onetti (Montevideo, 1 de julio de 1909 - Madrid, 30 de mayo de 1994), escritor uruguayo.

Obras

Novelas y relatos: El pozo (1939); Tierra de nadie (1941); Para esta noche (1943); La vida breve (1950); Los adioses (1954), novela corta; Para una tumba sin nombre (1959), novela corta; El astillero (1961); Juntacadáveres (1964); La muerte y la niña (1973), relato; Dejemos hablar al viento (1979); Cuando entonces (1987); Cuando ya no importe (1993).

Obras completas, I. Novelas (1939-1954) (2006)

Obras completas, II. Novelas (1959-1993) (2007)

Recopilaciones de cuentos: Un sueño realizado y otros cuentos (1951); La cara de la desgracia (1960); El infierno tan temido y otros cuentos (1962); Cuentos completos (1967, 1974 y 1994); Los rostros del amor (1968); Tiempo de abrazar (1974), Tan triste como ella y otros cuentos (1976); Cuentos secretos (1986); Presencia y otros cuentos (1986);

Obras completas, III. Cuentos, artículos y miscelánea (2009), incluye Conversaciones, pp. 929-1232.

Cuentos completos (Alfaguara, 2006)

Otros escritos: Réquiem por Faulkner (1975), artículos; Confesiones de un lector (1995), artículos 1976-1991 (muy aumentado en Obras, III, como Un Uruguayo en España); Cartas de un joven escritor (2009), correspondencia con Julio E. Payró.

Filmografía:

El infierno tan temido (1980), del director argentino Raúl de la Torre sobre el cuento homónimo de Onetti. Ganó el Cóndor de Plata a la mejor película de 1981.

La suerte está echada (1989), del director argentino Pedro Stocki. Adaptación de la novela La cara de la desgracia.

El astillero (2000), del director argentino David Lipszyc. Adaptación de la novela homónima.

Cortázar: Apuntes para un documental, dir. Eduardo Montes-Bradley. Argentina, 2001. (Participación testimonial).

Nuit de chien (2008), del director alemán Werner Schroeter, basada en la novela Para esta noche.

Mal día para pescar (2009), del director uruguayo Álvaro Brechner, basada en el cuento "Jacob y el Otro".