septiembre 13, 2010

POEMAS DE JUAN CARLOS LÁZARO

EL GUAYACAMAYO
Revista virtual de poesía ecuatoriana y peruana desde los años 70 hasta la actualidad.









Poemas de Juan Carlos Lázaro

Juan Carlos Lázaro (Lima, 1952). Ha publicado tres colecciones de poemas: Gris amanece la urbe del hambre (1987), La casa y la hojarasca (2001) y Entre la sombra y el fuego (2008). Dirige el sello editorial Sol & Niebla.









Salí a deambular

Salí a deambular por la ciudad.
Luna llena y domingo.
Este soy yo –dije–, amante ciego
y loco como Edipo.
Basura. Suicidas. Perros vagos.
Yo y los fantasmas.
La ciudad era un ala de sombra.
Acaso un templo maya.
Besé a la luna. Y ofrecí
mi corazón al sacrificio.




La casa y la hojarasca

La hojarasca y el agua detenida
son todo lo vivo y lo real
de este patio y de esta casa.
El resto son fantasmas.
Que lo diga sino el centinela rojo
que dormita en el torreón de la esquina
y que sueña con la próxima batalla.
La sombra del general
se mueve tras las persianas.
Con él van su kepí, sus charreteras,
su sable, sus botas, su capa.
En su recámara crepuscular
a la luz de una vela escribe
con mano trémula: “A la patria…”
El caballo blanco relincha,
agita su cola en el aire
espantando a una mosca lunática.
Una criada vestida de luto, pálida,
prepara la mesa para la cena
a la que sólo acuden
entre candelabros dorados
el pasado, el polvo, la nada.
El resto son fantasmas.





El Ser y la Nada

En inhóspitos prostíbulos de ultramar
donde el Amor se acuesta con la muerte
en una cama con forma de barco,
donde los hombres desnudan
sus almas frente a un espejo
y se descubren sin rostro
y sin huellas digitales,
donde el oscuro sexo
de las muchachas
palpita como un corazón
abandonado en
el alféizar de una ventana,
y tras la ventana
no hay otro paisaje que la lluvia
y un paraguas negro
desprendido de una mano,
y el aullido de los lobos
se escucha a lo lejos como
un himno que anuncia
la destrucción o
el desastre,
ahí exactamente
tú eres y yo soy
el Ser y la Nada
sin mascaras
y sin orgasmos.